¿Qué es a…b…c…dario ecológico?
a…b…c…dario ecológico, es el resultado de investigación y extracción de la ciencia en la educación ambiental, por más de treinta años. Esta tarea nos direcciona hacia la grandeza humana, despierta en la inteligencia de los niños y su sabiduría y oculta por más de cien años, y que a partir de este proyecto, reivindicará en las nuevas generaciones, para la salvación del planeta.
Una obra que Dios nos la creó para la memoria de los niños. Una oración a la naturaleza y un perdón al pasado. Es un Proyecto Cero para la construcción de un Nuevo Lenguaje y el camino hacia una Nueva Civilización.
Si decimos que la ecología es el idioma de los dioses, los niños en menos de treinta años, y en su sabiduría, hablarán con el planeta…
La ciencia y la investigación en el escenario prodigioso de los niños.
La educación es una ciencia, la ecología es una especie tan grande como la humanidad, como la naturaleza, como la vida misma.
Tan grande y sublime la naturaleza, como la dimensión misma de nuestro planeta.
Es una obra cuya dimensión y grandeza la hacen indispensable para que se traduzca en un lenguaje de entendimiento y de acción. De un estudio, ciencia e investigación profunda y puntual, para que nos apartemos de lo tradicional y cotidiano y se inculquen nuevas fuentes del desarrollo en el ser humano, partiendo de un principio generacional, que inicia un destino en la conciencia del hombre moderno.
Este proyecto es la ciencia de la pedagogía, es la alfombra mágica que eleva el ego sabio y tierno de los niños, pero también la ciencia de la educación, inmersa en los maestros y con ellos ante el mundo, para incluimos en la ciencia universal de una nueva civilización.
Serán los niños los precursores para este acontecimiento de la nueva civilización.
¿Por qué una nueva civilización?
Los psicólogos y los científicos hablarán con propiedad de la sabiduría de los niños.
A los niños, entenderlos es bien sencillo. Primero admitir que los adultos no hemos hecho nada por el medio ambiente y nuestra madre tierra, y de pronto no seremos condición favorable para presentarnos al mundo como gestores en la recuperación de nuestro planeta.
Entendámoslos para este proyecto; el camino que llevamos no es el correcto, pero el camino que inician los niños, destino al planeta, llegará con el treinta por ciento menos del tiempo en que le hemos fallado a nuestro universo.
La deuda futura ya no será por la generación del pasado, a la que pertenecemos todos los que nos llamamos cultos e inteligentes; la deuda en un futuro no lejano la asumirá la historia con los únicos precursores del planeta: los niños.
